Si usted ha sido una víctima de estafa es importante que sepa que usted puede tomar acciones legales para ir en contra de aquel que lo ha perjudicado.
Panamá es ampliamente reconocido en América Latina y en el mundo como un país lleno de oportunidades. Su economía dolarizada, el Canal de Panamá, el hub bancario internacional y su posición estratégica en logística lo hacen atractivo tanto para inversionistas extranjeros como para emprendedores locales. Sin embargo, estas mismas características también atraen a individuos y organizaciones que buscan aprovecharse de otros mediante estafas y fraudes financieros.
Las actividades fraudulentas no solo perjudican a las personas, sino también la confianza en los sistemas financieros y comerciales de Panamá. Una persona que pierde sus ahorros en una estafa puede dudar en invertir nuevamente, afectando negativamente la economía. Combatir el fraude no es solo una cuestión de justicia personal, sino también de protección social y económica.
En este contexto, el papel de los abogados especializados en fraude en Panamá se vuelve esencial. No solo presentan denuncias penales y representan a las víctimas, sino que también educan, asesoran y alertan a las personas sobre cómo identificar posibles estafas antes de caer en ellas.
Aunque no siempre se reporta ampliamente, las estafas en Panamá son más comunes de lo que muchos creen. Los tipos más frecuentes incluyen:
Estafas inmobiliarias: Venta de propiedades inexistentes, doble venta de inmuebles, proyectos de desarrollo fantasmas.
Estafas financieras: Esquemas piramidales, inversiones falsas, préstamos fraudulentos.
Estafas digitales: Phishing bancario, fraudes con criptomonedas, plataformas de trading falsas.
Estafas personales: Promesas de negocios, robo de identidad, manipulación emocional.
Cada año, las autoridades panameñas reciben cientos de denuncias por fraude. Sin embargo, muchos casos no se reportan debido a la vergüenza, el miedo a ser juzgado por “haber caído en la trampa” o la falta de conocimiento sobre los derechos legales.
Un abogado de fraude en Panamá juega un papel clave al explicar a las víctimas que no son responsables de haber sido engañadas: el responsable siempre es el estafador, y la ley existe para proteger a los ciudadanos de estos actos.
El Artículo 220 del Código Penal define el fraude:
«Quien, mediante engaño, obtenga o pretenda obtener un beneficio ilícito en perjuicio de otro será sancionado con prisión de uno a cuatro años.»
Este artículo resalta tres elementos principales del delito:
Engaño intencional: El acto debe ser deliberado.
Beneficio ilícito: El estafador obtiene dinero, bienes o ventajas.
Perjuicio económico: La víctima sufre una pérdida financiera.
La ley también aumenta las penas para abusos de confianza o delitos cometidos por internet.
El Artículo 221 agrega circunstancias agravantes, como:
Pérdidas superiores a $100,000.
Responsabilidad de ejecutivos o gerentes de empresas.
Estafas dirigidas a instituciones públicas o entidades de beneficencia.
Uso de la identidad de otra persona para cometer el fraude.
Estas disposiciones permiten que los abogados en Panamá busquen penas mayores y emprendan acciones civiles para recuperar pérdidas.
Panamá distingue entre delitos financieros similares:
Fraude: Cualquier engaño con fines económicos.
Estafa: Tipo específico de fraude con engaño directo y perjuicio económico inmediato.
Malversación: Uso indebido de fondos legítimamente confiados a alguien.
Abuso de confianza: Similar a la malversación, pero vinculado a relaciones personales o profesionales.
Falsificación: Creación o alteración de documentos para beneficio personal.
Ejemplos:
Venta de una casa inexistente = estafa + falsificación.
Contador que malversa fondos de un cliente = malversación.
Esquemas piramidales con cientos de inversionistas = fraude organizado y estafa.
Conocer estas diferencias ayuda a los abogados a definir la estrategia legal y aumentar las posibilidades de éxito.
Los estafadores no actúan al azar; usan manipulación psicológica y persuasión. Tácticas comunes incluyen:
Generar confianza: Presentarse como expertos, empresarios o asesores; usar jerga técnica; crear perfiles profesionales falsos.
Prometer beneficios extraordinarios: Altos rendimientos, créditos fáciles, propiedades a precios de ganga.
Crear urgencia: Ofertas por tiempo limitado para evitar reflexión.
Mostrar pruebas falsas: Contratos, testimonios o estados bancarios falsos.
Desaparecer después del delito: Bloquear comunicación y cerrar oficinas ficticias.
Reconocer estos patrones ayuda a prevenir fraudes. Si ya ocurrió la estafa, el siguiente paso es contactar a un abogado.
Estudios de criminología identifican rasgos comunes:
Carismáticos y empáticos.
Manipuladores y perceptivos de las debilidades ajenas.
Inteligentes, planifican esquemas complejos.
Persistentes, pacientes y calculadores.
Suelen operar en redes organizadas con roles definidos.
Caso 1: Proyecto inmobiliario fantasma
Cientos pagaron depósitos por apartamentos inexistentes; el terreno no estaba registrado legalmente.
Caso 2: Préstamo inexistente
Una víctima pagó $2,000 por un supuesto préstamo de $50,000; el prestamista desapareció.
Caso 3: Estafa con criptomonedas
Plataforma online pagaba pequeños retornos iniciales y luego desapareció con todos los fondos.
En todos los casos, las víctimas confiaron en abogados de fraude en Panamá para acciones legales y recuperación.
Un abogado especializado ofrece soporte estratégico y multidimensional:
Guiar a las víctimas desde el inicio.
Explicar derechos y opciones legales.
Evaluar viabilidad del caso y presentar denuncias penales.
Recolectar y presentar evidencia (contratos, transferencias, correos, testimonios).
Perseguir recuperación de fondos mediante acciones civiles y medidas precautorias.
Representar a las víctimas en audiencias y contrarrestar retrasos de los estafadores.
Las estafas a menudo afectan a extranjeros que invierten en Panamá. Las víctimas pueden autorizar a un abogado panameño mediante un poder especial, legalizado en un consulado, permitiendo acción legal sin viajar. Esto incluye:
Presentar denuncias penales.
Reclamar compensación.
Monitorear el caso de manera remota.
Según el Artículo 1969 del Código Procesal Penal de Panamá, todos los delitos también generan reclamaciones civiles por restitución y daños. Los abogados suelen presentar acciones penales y civiles simultáneamente para maximizar posibilidades de:
Congelar activos.
Embargar bienes.
Obtener compensación.
Inmobiliarias: Proyectos fantasmas, doble venta, promotores falsos.
Financieras: Esquemas piramidales, promesas insostenibles, empresas fachada.
Bancarias y préstamos: Prestamistas falsos, pagos por adelantado, documentos falsificados.
Digitales: Plataformas de criptomonedas fraudulentas, phishing, ventas online inexistentes.
Comercio internacional: Exportadores inexistentes, documentos de envío falsos.
Las estafas modernas cruzan fronteras. Los abogados utilizan:
Cartas rogatorias para evidencia en el extranjero.
Tratados de asistencia legal mutua.
Alertas de Interpol para fugitivos.
Los fraudes complejos o transnacionales requieren experiencia en:
Ley penal panameña.
Derecho internacional privado.
Coordinación con autoridades extranjeras.
El objetivo no solo es la condena penal, sino también la recuperación de activos en distintas jurisdicciones.
Las víctimas enfrentan:
Vergüenza y miedo.
Desconfianza en futuras transacciones.
Los abogados brindan orientación y seguridad durante todo el proceso legal.
Cortar toda comunicación.
Reunir evidencia: contratos, mensajes, transferencias, capturas de pantalla.
Contactar a un abogado de inmediato.
Presentar denuncia formal para aumentar posibilidades de recuperación.
Mantener registros digitales y físicos en orden cronológico. La documentación adecuada puede marcar la diferencia entre un caso desestimado y un fallo exitoso.
Promesas irreales de altos retornos.
Presión para tomar decisiones rápidas.
Falta de registro legal o formal.
Excesiva jerga técnica.
Dificultad para verificar información.
Las consultas legales preventivas son más económicas y menos estresantes que un litigio.
Correos de phishing bancarios.
Suplantación en WhatsApp o Telegram.
Plataformas de criptomonedas y trading fraudulentas.
Ventas online inexistentes.
Los abogados pueden rastrear transferencias electrónicas, solicitar colaboración bancaria y usar canales investigativos internacionales.
Las víctimas pueden reclamar:
Devolución de fondos.
Compensación por daños.
Intereses adicionales cuando hay perjuicio significativo.
Los abogados aplican estrategias como congelar cuentas, embargar bienes e incluir responsabilidad de terceros. La recuperación total es rara, pero la restitución parcial es posible.
¿Cuánto tiempo tengo para denunciar una estafa? Lo antes posible; pueden aplicar plazos de prescripción.
¿Qué pasa si el estafador está fuera de Panamá? La cooperación internacional y alertas de Interpol pueden ayudar.
¿Necesito viajar a Panamá? No, puede autorizar a un abogado de manera remota.
¿Siempre puedo recuperar mi dinero? Depende de los activos del estafador.
¿Cuánto cuestan los abogados de fraude? Varía; algunos cobran montos fijos, otros un porcentaje de la recuperación.
Investigue siempre la empresa o persona con la que trata.
Consulte a un abogado antes de firmar contratos o hacer transferencias grandes.
Sea escéptico ante promesas irreales.
Verifique empresas en el Registro Público de Panamá.
Conserve copias de todas las comunicaciones y transacciones.
Los fraudes causan angustia financiera y emocional. Sin embargo, la ley panameña protege a las víctimas. Con abogados especializados en fraude, es posible denunciar, procesar y recuperar pérdidas. Dar el primer paso marca la diferencia entre el silencio y la justicia.